Una de las principales tradiciones que aún pervive es la matanza, que se celebra entre finales de noviembre y enero. Durante muchas décadas, fue la base fundamental de la dieta local. Las recetas tradicionales que todavía perviven confieren a estos embutidos un sabor inigualable, de acreditada calidad. Son característicos al margen del jamón, los salchichones, chorizos, el relleno, el lomo con corteza, etc.
Entre los productos más valorados, por su calidad y sabor, y sin duda, el plato estrella en los restaurantes de la región, tenemos el cordero segureño, raza ovina originaria de la Sierra de Segura, implantado en la zona desde tiempos inmemoriales.
Se recomienda probar el vino joven y casero que se conserva en las tinajas de las numerosas bodegas familiares del pueblo.